martes, 25 de septiembre de 2012

El editor, sus funciones de ayer y de hoy

En este artículo vamos a ver cómo fueron cambiando las funciones del editor  desde la editorial industrial hasta nuestra actualidad, la editorial virtual.

  • El editor de ayer
La figura del editor apareció en Francia. Jugaba un rol decisivo, el del empresario capitalista en cuyas manos se concentraban las principales funciones terciarias de la Editorial. Como actividades a realizar él tenía que leer y juzgar los manuscritos, luego elaboraba el marco financiero de la publicación: fijaba la tirada, calculaba el costo y el precio de la venta, estimaba el nivel y la rapidez de la difusión.
La lógica industrial conducía a veces a la práctica del trabajo por encargo, en las que el editor pedía a los autores un cierto tipo de texto. Una oficina estaba a cargo de las relaciones con los autores y de la circulación y el control de las pruebas.
El rol del editor era central también en el plano financiero, por esto era necesario asociar a los bancos a las estructuras de financiamiento.
La última etapa del rol del editor era la de la distribución: establecía el estado de los libreros a los que hacia llegar ejemplares de la obra, fijaba las condiciones materiales de la venta, preparaba y embalaba, hacía los envíos y por último la contabilidad y los pagos. La fortuna o capital de la casa de edición estaba constituida por su fondo editorial, es decir por el conjunto de títulos que había editado. (Barbier) 
De esa manera, el libro fue convirtiéndose en una mercancía producida en masa, por esta razón la imprenta dio al editor-vendedor un nuevo papel en el corazón de las redes de comunicación: escoger qué textos se multiplicarían por medio de la impresión. Fue un problema elegir entre los manuscritos en circulación. Los editores competían por los libros en manuscrito que aparecían en el mundo de las letras y cada vez más encargaban libros sobre temas que creían que llamarían la atención a amplias audiencias. (Jean Martin)
  • El editor de hoy
La Red provee un nuevo soporte material para la transmisión del texto acorde con las necesidades comunicativas contemporáneas.
La labor del editor se ve modificada principalmente porque como cualquier otro medio, llámese libro, papiro, internet no es "un elemento neutro y juega un papel importante en la construcción de la cultura" (Aguirre, Incidencia). Si en la tecnología de la imprenta el libro respondía a cánones literarios que enfatizaban la fijación del texto, la figura del autor y el respeto a la tradición, la difusión electrónica del texto es posible en un marco cultural donde el lector y no el autor, el texto y no la obra son los protagonistas.
La informática altera la labor del editor, porque provee al circuito literario con un medio de difusión veloz y eficiente que permite obviar la mediación que suponía la industria editorial y sus representantes, con los lectores. También la altera porque permite la superposición de funciones, nuevas formas de comercialización y distribución de textos, y de relaciones entre autores, editores y lectores.
Los editores que han apostado a la edición y difusión de la literatura en Red han encontrado un entorno ágil que les permite sobre todo bajos costos, difusión global de los textos y una amplia oferta de éstos, de manera que tienen más de donde escoger y pueden, de estar interesados en una obra, entrar en contacto inmediatamente con el escritor, sin importar la distancia geográfica.
Internet igualmente favorece al autor pues al poder difundir sus textos libremente le permite crear vínculos con otros autores y editores y eventualmente buscar la edición en papel.
La Red permite que quien quiera publicar su creación lo haga sin mayores inconvenientes; es lo que se conoce como horizontalidad de la Red: "cualquiera puede convertirse en agente cultural al tener a su disposición unos instrumentos que posibilitan la producción y distribución cultural" (Aguirre,Literatura).
Por eso es importante recordar que los autores, como afirma Roger Chatier, escriben textos y no libros, y que el libro es un "soporte-formato de almacenamiento y distribución de la Cultura como información, no la Cultura misma" (Aguirre, El libro).
Si un editor tradicional toma decisiones basado en estadísticas de venta, elabora proyectos de edición, decide tipos y colores de impresión, gestiona derechos de autor, organiza campañas promocionales, etc., el editor en Red debe tener en cuenta estadísticas de acceso al sitIo, saber fundamentos de diseño y programación, establecer la arquitectura interactiva e hipertextual de un documento, buscar información sobre derechos de autor digital, y contratar compañías publicitarias intercambiando metatags y banners.  Las ventajas de Internet no son absolutas para todo tipo de publicación, como tampoco lo es el libro impreso, por lo que ambos tieneN que conocer los contenidos que quieren divulgar y saber plasmarlos con los medios técnicos a su disposición.
El editor virtual realiza su labor en el marco de una sociedad de consumo que hace uso intensivo de los sistemas de información. Esto significa que se privilegia al lector, tanto en las operaciones de construcción de sentido del texto como en su papel de "consumidor". En este contexto cultural los principales obstáculos que enfrenta el editor en la Red son:
  •  Las resistencias culturales y los prejuicios que conducen a visiones apocalípticas: el texto electrónico (la "tecnología”) acabará con el libro, el libro es cultura, por lo tanto se acabará con la cultura. No se acepta que tanto el texto electrónico como el libro de papel puedan coexistir sin que ninguno tenga que ceder su lugar al otro.
  •  La tecnofobia de los escritores y la crítica literaria.
  •  El bajo alcance de internet: pese a que Internet es un medio en constante crecimiento su alcance continúa siendo bajo, de ahí el poco o nulo impacto que han tenido las editoriales virtuales en el circuito literario.
  •  Falta de profesionales especializados en edición electrónica de textos literarios.
El actual editor en Red busca la adaptación de escritores y lectores a las nuevas posibilidades que ofrece la informática.

martes, 18 de septiembre de 2012

LOS MEDIOS Y SUS TRANSFORMACIONES: EL CASO DEL LIBRO


Hoy en día es común para nosotros tener al alcance de nuestras manos un diario, un televisor, una radio, un teléfono celular, una computadora, una Tablet, un libro electrónico o digital y así se puede seguir enumerando un sin fin de productos tecnológicos de los cuales somos usuarios y a los cuales les damos diferentes usos: ya sea como entretenimiento, como herramienta de trabajo o para que nos informen o nos eduquen a diario. Pero  ¿alguna vez se preguntaron cómo llegaron a nuestro alcance los medios de comunicación y los productos tecnológicos?
 


Comencemos por explicar qué son los medios de comunicación y para qué nos sirven: se llaman medios a toda estructura socialmente instituida de comunicación y, por extensión, al soporte de esa estructura, la acción de los medios tiene lugar en el corazón de la vida social. Es un instrumento de socialización, como lo son  la familia, la escuela o el trabajo, ya que forman sentimientos y  creencias, entrenan los sentidos y ayudan a formar la imaginación social. Llegan a las personas a través de la vista (imágenes), el oído (sonidos, melodías) o de ambos (televisión, películas, videos), en combinaciones muy atractivas y envolventes. Los medios de comunicación son muchos, pero los más masivos y con más llegada al público son la prensa, la radio, la televisión y en el último tiempo se ha integrado también a este grupo internet.
 
Vayamos por un poco de historia para poder entender cómo llegaron los medios a nuestro alcance, Jean Martin, decía que los primeros libros pretendían reproducir la apariencia de los manuscritos. Las letras iniciales se resaltaban a mano y había bordes coloreados muy elaborados, y un impreso no dudaba en tallar un nuevo ojo de tipo a imitación del manuscrito que iba a ser copiado. Pero tales prácticas exigían una labor intensiva. Gradualmente, empezaron a surgir elementos de estandarización ya que ciertas categorías de libros tenían que imprimirse en ojos de tipo particulares. Empezaron a utilizarse los grabados en madera en vez de las iniciales dibujadas a mano. Al mismo tiempo se operaba un cambio fundamental. Tomando la delantera de los humanistas,  los impresores se encontraron con un modo bastante natural regularizando la ortografía, adoptando y unificando sistemas más lógicos de puntuación y clarificando la división del texto en párrafos en cada página. Mientras, el libro impreso estaba alcanzando lo que Lucien Febvre llamó su etat civil, un lugar definido en el orden social. El íncipit en la parte alta de la primera página de un manuscrito se convirtió en la página para el titulo, presentando el emblema del impresor y su dirección. Todas estas innovaciones quedaron más o menos establecidas en torno al año 1530, con el triunfo del humanismo, las formas de letra romana, a modo de sello  de marca del nuevo espíritu, se difundieron de Italia y Francia a la mayor parte de Europa, desplazando a las formas de letra gótica menos legibles que estaban desapareciendo fuera de Alemania, así nació el libro moderno.
En un primer momento la revolución intelectual no afecta en un principio, más que a unos cuantos miles de individuos en Europa, la evolución de los textos y de las lecturas revela un proceso general de apertura. Barbier  en el capitulo 1 del libro “Historia de los Medios” explicó que  La editorialtradicional del antiguo régimen se caracterizaba por tres elementos principales: a) Un mundo cerrado: De aquí que las modificaciones técnicas eran muy poco numerosas. Las máquinas imprentas eran de madera accionada por la fuerza humana, de baja productividad y el taller tipográfico fue un negocio de familia, que se autofinancia y había una sucesión interna de maestros Imprenteros.
b) Una lógica corporativa: Imprenteros, editores de fondos y libreros mayoristas se organizan en corporaciones, que, a cambio de su trabajo y la autocensura sobre el sector, eran beneficiadas con privilegios de exclusividad por parte de las autoridades. Se produjeron  así, libros caros en pequeñas tiradas, los grandes editores parisinos, no se interesaban en nuevos tipos de especulación .c) Lectura y distinción: El público lector pertenecía a microambientes ilustrados y geográficamente alejados. Si bien el siglo XVIII, de las Luces, incrementa la alfabetización, las condiciones materiales impedían el acceso regular a lo impreso. Del otro lado, los nobles poseían bibliotecas más importantes incluso que las eclesiásticas, ya que eran un elemento de status social privilegiado. Esta ausencia de un público numeroso impidió (hasta la 2da mitad del Siglo XVIII), un proceso de automatización de las actividades de escritura: el escritor, para vivir, debía ser noble o tener una profesión. Hoy en día cualquier persona tiene acceso a poder leer lo que más le interese, no hace falta que pertenezca a una clase social acomodada. ¿Se imaginan viéndose a ustedes sin tener acceso a la lectura? (sea esta por medio de libros virtuales, computadoras, diarios impresos etc.), suena algo raro ¿no?
Uno de los sectores más dinámicos de la edad de la editorial del antiguo régimen estaba constituido por lo que se llamaría hoy la economía política, se desplazaban los artículos periodísticos de índole política  por vías de folletos, de esta manera se construían los debates públicos,  ¿quién se imaginaria eso cuando en nuestra actualidad los debates políticos se realizan hasta cuando viajamos en colectivo?
Otro aspecto importante de la segunda mitad del siglo XVIII se caracterizó en que fue una época fuerte de la venta ambulante de libros, las redes se organizaban alrededor de ciertos puntos, donde las imprentas editaban los llamados “libritos azules”, impresos de difusión y obras piratas o prohibidas. Algunos vendedores ambulantes salían una vez por año de su ciudad para realizar una excursión por la región, donde difundían a través de libreros locales, los nuevos almanaques, calendarios y periódicos que se leerían a lo largo del invierno. Otros son verdaderos profesionales que construían a través de cada región discretas redes paralelas de difusión de libros, el rol de estas redes era esencial ya que se trataba de libros prohibidos.  Hoy en día es común ver la circulación de productos piratas, Nestor Garcia Canclini llama piratas a quienes reproducen sin autorización y con fines comerciales textos, imágenes, músicas y otros bienes culturales cuyos derechos están protegidos legalmente. El derecho angloestadounidense establece el copyright, noción centrada en los derechos de producción que abarca un espectro más amplio: grabaciones sonoras, emisiones radiales y televisivas, incluyendo o tratando de incluir recientemente soportes digitales. 
Volviendo un  poco a Barbier, las  redes fueron difíciles de sorprender por la policía pero se sostenían sobre un cierto número de elementos estables. Los albergues eran un punto fijo de esta geografía de la itinerancia. El comercio prohibido llegó  también a su misma ciudad, que fue su mercado principal, a pesar de la oposición y denuncias de los libreros establecidos.
En esa misma época, el gabinete de lectura había alcanzado importancia. La producción impresa aumentó y la extensión de los públicos también. Aparecieron otros lectores que no podían comprar los libros que deseaban, y que no eran recibidos como miembros de la sociedad de lectura. Tenían que ver con una cuasi-marginalidad que abría una brecha con la burguesía lectora.
En esta época también surgieron los libreros innovadores: se trató de una nueva apertura psicológica por parte de ciertos profesionales que intentaron reorientar sus actividades e inventaron productos nuevos, que les permitieron ponerse a la cabeza de la industrialización. Otro aspecto importante de este periodo fue el de la lectura como alineación y peligro: acá se hacía referencia a la ampliación del acceso a la lectura de la población alcanzada a través de tal o cual medio con el consecuente conjunto de efectos psicológicos que se temía no poder controlar y que provocaron un sentimiento de malestar e inquietud social. Y para esta época, cuando la coyuntura de conjunto del negocio editorial evolucionaba en profundidad, y cuando la ideología de la Ilustración se impuso, no solo en Francia sino en otros países, ciertas sensibilidades aparecieron muy marcadas por posiciones tradicionales o bien reaccionarias. En Alemania, la “locura de leer” permitió subrayar uno de los elementos característicos de la mediación: los efectos de rechazo de una transformación relativamente rápida de las técnicas y prácticas ligadas a los medios dominantes, y las inquietudes y oposiciones que transitaban.
Con la Revolución, el problema central en Francia fue de orden político: tan pronto como el Estado participó de todos los asuntos, la lectura estuvo abocada fundamentalmente a la política. La religión pasó a ocupar un papel secundario.
En Alemania, con la revolución de la lectura, en cambio, la misma fue extensiva, pero sobre todo erudita, y buscó responder a la problemática del tiempo.
A modo de cierre se puede decir que La historia de los Medios modernos comienza con el libro impreso, el cual fue desde muchos puntos de vista una revolución. Sin embargo, la impresión de libros inicialmente no fue más que una técnica capaz de reproducir en serie textos antiguos. Más tarde y lentamente comenzó a producirse un cambio de contenido: aparecen aspectos más prácticos y populares, de la vida secular, panfletos políticos y textos religiosos en lenguas vernáculas. El mundo medieval comenzaba a transformarse y la difusión de la imprenta jugó un papel muy importante en esta modificación que se produjo en la sociedad.
Desde que el hombre es hombre ha experimentado la necesidad de comunicarse con sus semejantes. El carácter más complejo de las sociedades lo ha llevado, a lo largo de su historia, a buscar la manera de encontrar soluciones para expandir los límites de las comunicaciones.
El libro surge como una forma de actuar sobre públicos muy vastos y distantes. Y de pronto, el hombre dominó la electricidad. Entonces se produjo el salto de la galaxia Gutenberg a la galaxia Faraday: los medios de comunicación electrónicos suplieron a las antiguas tecnologías. Entonces, el mensaje se volvió táctil y los medios se transformaron en una prolongación de nuestro propio cuerpo: "El circuito electrónico es más bien la extensión del sistema nervioso central. Todos los medios electrónicos representaban una extensión de las funciones o los sentidos de nuestro cuerpo, como lo significaban las antiguas tecnologías mecánicas", como dice la Licenciada Silvina Torres. Son los medios y sus transformaciones los que producen los verdaderos cambios. Los contenidos de los mensajes intercambiados por los hombres importan menos que los vehículos utilizados. Es difícil saber cómo será la próxima evolución de los medios de comunicación, lo cierto es que es bueno tener en cuenta cómo fueron surgiendo todos ellos para poder comprender tantos cambios.



                                                                                                         Verònica Guerra.